Después de la visita a las fuentes del LLobregat, fuimos a comer a un pueblecito del pre-pirineo, uno de esos pueblos con rincones con encanto. Ese encanto que comparten con su gente llana que te ofrecen su hospitalidad.
El Puente Viejo del siglo XIV, es su edificio más emblemáticos, junto con los Jardines Artigas son los sitios más visitábles.
En mi blog hay fotografías de los Jardines.
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